miércoles, mayo 24, 2006

Derecho a equivocarse

Bueno, después de ver que la sociedad intenta que seamos perfectos, que duremos mucho tiempo y en las mejores condiciones, ¿por qué no hablar de la equivocación?

Está mal equivocarse: si pronunciamos mal en nuestra lengua en motivo de mofa en adultos y corrección en los pequeños. Si decimos mal una palabra en otra lengua, nos corrigen. Si vamos de un punto a otro de la ciudad y no cogemos el camino más corto nos preguntan “¿por qué no has ido por la calle ésta? ¡Era mucho más corto!”.
Mire usted: ando por donde me da la gana y hablo como me da la gana pues si no se me entendiera, sería mi problema. ¿Quién se ha creído usted que es para corregirme? Si se habla bien o mal no es con respecto a la lengua de Dios, sino con respecto a la forma de hablar de los que tienen dinero. ¿Y si quiero darme un paseo y no tengo ganas de ir por esa calle aunque me ahorre más tiempo? Total, para lo que voy a hacer, ¿qué más me da andar algo más?
Nos estamos empezando a convertir en automátas que siguen una serie de reglas siemplemente porque en teoría nos hacen mejores. Debemos tener derecho a equivocarnos y a seguir equivocándonos si así lo creemos oportuno.
La libertad es algo más que las opciones que nos dan para elegir. La libertad no ha de venir de fuera sino de dentro.