martes, febrero 21, 2006

Día sin nada aprendido, día perdido

Aunque no se puede generalizar, yo lo hago. Pese al gran crisol de formas de pensar de este mundo (podríamos llegar a decir que cada individuo tiene una forma diferente, con lo cual de poco podríamos hablar...), se puede diferenciar (a veces en determinados aspectos, a veces en todos) a dos tipos de persona:

-Aquellos que creen haber llegado al conocimiento máximo sobre todas/algunas cosas. Estas personas suelen inventarse lo que desconocen en vez de admitir que lo desconocen. Aunque no sepan algo, no lo buscan, pues ello sería admitir (incluso si sólo se enteran ellos mismos) que no saben algo.

Este tipo de personas tan sólo me inspiran pena. Son los que menos aprenden en el día a día, si es que llegan a aprender algo. Evolucionan poco o nada a lo largo de muchos años. Suelen tener cada vez más manías, no son autocríticos y acaban sufriendo mucho, llegando a creerse incomprendidos. No saben escuchar ni a sus mejores amigos.

-Aquellos que, en su caso extremo, piensan lo mismo que Sócrates: sólo sé que no sé nada. Aunque para sus adentros sepan que saben mucho sobre todos/algunos temas, saben que queda mucho por saber y por ello, sobre todo, saben escuchar (amigos, familiares...) o leer con la mente abierta.

Este tipo de personas me inspiran respeto y admiración. Su curiosidad y humildad hacen que cada día aprendan mucho más de lo que llegan a ser conscientes. Evolucionan mucho en poco tiempo. Su autocriticismo les evita muchas manías y acaban entendiendo tanto el mundo que les rodea, como las personas que viven en él (incluidos los del otro grupo).